Estreno : Junio de 2016, Las Palmas, Auditorio Alfredo Kraus, por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria dirigida por Jaime Martín
Instrumentación : Orquesta de cuerdas
Comentario del artista : Creo que a todos los canarios nos ocurre, cuando viajamos a un lugar de interior, que nos sentimos extraños al no tener el mar a nuestro alrededor. A mí me ocurre cuando voy a Madrid, me falta algo, me pone nervioso alzar la vista y ver sólo llanuras y montañas en el horizonte. Imagino que al que se ha criado en el interior del continente le ocurrirá lo contrario al trasladarse a una isla. Me inquieta estar lejos del mar, me gusta escucharlo, quizá su sonido y su presencia forman parte de mi ser y por eso me tranquiliza tenerlo cerca. Esta sensación es la que dio origen a la obra que se estrena hoy.
Pensando en este asunto, se me ocurrió que el mar nunca deja de mecer a la isla con el movimiento de sus olas, y de calmarla con su sonido como si le cantase una nana, así que decidí basar la pieza en la tradicional melodía del arrorró. De ahí el título. Dicha melodía no aparece de forma obvia, sino que está implícita, ya que los tiempos que manejan el mar y la tierra son geológicos, a una escala mucho mayor que la humana. Así que la canción ha sido “estirada” de modo que dura varios minutos en vez de unos pocos segundos. Asimismo, las líneas que interpretan las cuerdas son por lo general de trazo muy grueso y se mueven lentamente. Podría decirse entonces que la pieza representa la nana que el mar canta desde siempre, incesantemente, a nuestra isla, que se mueve ligeramente en su sueño, y cuya melodía nosotros sólo podemos intuir a través del temblar de la tierra y el murmullo de las olas.